Aloha desde este paraíso costero, Tarifa.
Destino soñado por muchos durante los largos meses de invierno... Paisajes azules, dorados y rojo fuego, donde la arena se hace harina fina y el viento sabe a sueños de libertad.
Se reabren los chiringuitos, los músicos salen a tocar, el cielo se cubre de cometas, y.... las playas se llenan, las carreteras colapsan…
Es, para los locales, tiempo de trabajar y para los veraneantes momento de disfrutar, descansar, hacer deporte y saborear.
Es Pura Vida, y si hay vida hay responsabilidad.
Señoras y señores, aunque hayan puesto papeleras en la playa, también pueden ustedes llevarse su basura al contenedor. No cuesta tanto y la playa se lo agradecerá.
Y mis queridos colegas amantes del deporte en el mar, y disfrutones de la playa en general, vamos a ver qué cositas podemos cambiar;
La mayoría de los protectores solares liberan en el agua el 25% de sus activos químicos, Parabenos, dióxido de titanio, Oxibenzona... dañando gravemente la fauna y la flora del medio marino.
Cada año se vierten en mares y océanos entre 4.000 y 6.000 toneladas de crema solar. Por no hablar de mascarillas para el pelo etc etc…
El doctor americano Craig Downs. Confirmó que la exposición de las crías de coral a la Oxibenzona provoca graves deformaciones morfológicas, daña su ADN y actúa como perturbador endocrino. Provocando que el coral se encapsule en su propio esqueleto y muera.
Los arrecifes de coral son ecosistemas complejos, entre sus principales funciones está el ser formadores de las playas de arena blanca e islas tropicales, y son importantes para evitar la erosión de la playas, y para proteger las costas de oleajes fuertes durante tiempo de tormentas y huracanes.
Además ayudan a capturar el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, para fijarlo en sus esqueletos, y favorecen la generación de cientos de organismos marinos, que son, a la par, fuente de alimento, por lo que su existencia es esencial para la formación de redes alimentarias.
Al menos el 80% de los arrecifes de coral de la zona del Caribe ya han desaparecido.
Existen alternativas para protegernos del sol sin dañar. En casa utilizamos aceite de coco y además de no quemarnos, estamos súper hidratados y olemos genial. Si prefieres crema pregunta en las tiendas orgánicas o busca en internet, hay ya diferentes marcas de cremas protectoras que respetan el medio ambiente y tu piel.
Es tu responsabilidad!
Según la International Surfing Association hay más de 23 millones de surfistas en todo el mundo y, según Hosteltur, casi 1,5 millones de personas comienzan a practicar surf cada año alrededor del planeta. Muchos verdad?
Esto se traduce en aproximadamente 400.000 tablas de surf fabricadas al año. 6 millones de parafinas y 250 toneladas de desechos de neoprenos viejos que acaban en forma de vertido tóxico en el océano.
Los neoprenos están hechos de hule sintético y elaborados por productos a base de petróleo y PVC, que lo podríamos traducir en “plástico moldeable y elástico’’
Estos trajes no sólo contaminan el medio ambiente, sino que además cuando estás surfeando y se dilatan los poros de la piel, las sustancias nocivas que liberan estos plásticos también se filtran en tu cuerpo.
Si bien es cierto que algunas marcas empiezan a fabricar neoprenos a partir de fibra reciclada, todavía no se ha encontrado un material que cumpla con las mismas características y se elabore a partir de fibra natural.
Lo mejor que podemos hacer es olvidarnos de todos esos neoprenos que son "moda", y cuidar mucho el neopreno que tengas para que dure cuanto más baños mejor. Aclararlo y ponerlo a secar a la sombra son el bread & Butter para que duren más y mejor.
Lo mismo con tu bikini, o tu traje de baño. Recuerda que la fibra sintética al lavar desprende microfilamentos que van directos a contaminar el mar. Mejor vestir bañadores orgánicos y/o piezas elaboradas a partir de tejidos reciclados de alta calidad, cuanto mejor es la calidad, menor será el desgaste y por lo tanto menos contaminarás.
Un 20% del foam utilizado para la fabricación de las tablas se desperdicia, hablamos de polietileno y fibra de vidrio, ambos residuos altamente contaminantes.
Lo mismo pasa con la fabricación de quillas, la mayoría están hechas de plástico y basadas en petróleo, siendo las sobras dosis extra de vertidos tóxicos que, muy a nuestro pesar, acaban en el mar.
Las roturas de la fibra contaminan tanto como si vertiesemos un vaso lleno de toxicidas directamente en el agua del mar.
Afortunadamente en este campo encontramos ya alternativas eco, lo mismo que pasa con la Wax.
Esa pequeña pastilla de parafina que utilizamos para que nuestros pies tengan más agarre a la tabla, es súper tóxico para los ecosistemas marinos. Así que a la hora de elegir cual comprar, busca siempre una que no tenga tóxicos y que sea biodegradable, existen y son fáciles de encontrar.
Cada pequeño gesto tiene un gran impacto a nuestro alrededor.
Que todos los surfistas comiencen a servir de ejemplo a las nuevas generaciones y aprovechen su talento encima de las olas para mandar el mensaje al mundo de que es necesario cambiar.
Rip it up! y nos vemos en el agua
María Malo